La piel
Con la llegada del verano, las personas estamos más expuestas al sol. Por eso, es muy importante tomar ciertas precauciones.
Existe la idea equivocada de que el bronceado es saludable. Sin embargo, la exposición solar, a través de las radiaciones ultravioletas (UV), puede producir graves daños en la piel. Algunas lesiones aparecen en forma inmediata, como las quemaduras y las ampollas; otras –como el envejecimiento prematuro de la piel, las manchas y hasta el cáncer de piel- se pueden presentar a lo largo de los años, ya que los efectos nocivos de estas radiaciones se acumulan en el tiempo.
¿Cómo disfrutar del aire libre?
No se exponga al sol entre las 10 y las 17 horas.
Use protector solar FPS 15 como mínimo, incluso los días nublados, y aplíquelo 30 minutos antes de exponerse al sol. Los niños y bebés necesitan mayor protección.
Protéjase con sombrero, ropa y anteojos.
Tenga en cuenta que exponerse en dosis pequeñas y frecuentes, broncea mejor que una exposición prolongada y aislada.
Busque la sombra de un árbol, techo o sombrilla.
Recuerde que las nubes dejan pasar el sol, y que la arena, el agua y la nieve aumentan su acción.
¿Cómo protegerse del sol?
Se recomienda el uso de protectores solares que impidan la agresión de los rayos ultravioletas. El factor de protección mínima es FPS 15. De acuerdo a su tipo de piel y antecedentes, su dermatólogo podrá indicarle el protector más adecuado.
Para que la protección sea efectiva, el protector debe aplicarse cada dos horas y después de cada baño, ya que pese a que se presenten como resistentes al agua pierden sus propiedades.
Si está en la montaña, en el agua o navegando utilice cremas con factor de protección mayor a FPS 30. Asegúrese de aplicarlo en forma pareja en todas las áreas expuestas de su cuerpo; incluyendo orejas, nuca y partes calvas de su cabeza.
Evite que su bebé esté expuesto a la radiación solar en forma directa, y tenga mucho cuidado ya que el reflejo de los rayos en la arena y en el agua pueden quemarle la piel aunque esté bajo una sombrilla.
Los menores de 6 meses no deben exponerse al sol directo y no deben utilizarse en ellos filtros solares
La protección del sol debe realizarse desde el nacimiento y continuar toda la vida por los efectos acumulativos
En caso de detectar cambios en la piel, se recomienda realizar un control dermatológico para la detección temprana de lesiones.
Con la llegada del verano, las personas estamos más expuestas al sol. Por eso, es muy importante tomar ciertas precauciones.
Existe la idea equivocada de que el bronceado es saludable. Sin embargo, la exposición solar, a través de las radiaciones ultravioletas (UV), puede producir graves daños en la piel. Algunas lesiones aparecen en forma inmediata, como las quemaduras y las ampollas; otras –como el envejecimiento prematuro de la piel, las manchas y hasta el cáncer de piel- se pueden presentar a lo largo de los años, ya que los efectos nocivos de estas radiaciones se acumulan en el tiempo.
¿Cómo disfrutar del aire libre?
No se exponga al sol entre las 10 y las 17 horas.
Use protector solar FPS 15 como mínimo, incluso los días nublados, y aplíquelo 30 minutos antes de exponerse al sol. Los niños y bebés necesitan mayor protección.
Protéjase con sombrero, ropa y anteojos.
Tenga en cuenta que exponerse en dosis pequeñas y frecuentes, broncea mejor que una exposición prolongada y aislada.
Busque la sombra de un árbol, techo o sombrilla.
Recuerde que las nubes dejan pasar el sol, y que la arena, el agua y la nieve aumentan su acción.
¿Cómo protegerse del sol?
Se recomienda el uso de protectores solares que impidan la agresión de los rayos ultravioletas. El factor de protección mínima es FPS 15. De acuerdo a su tipo de piel y antecedentes, su dermatólogo podrá indicarle el protector más adecuado.
Para que la protección sea efectiva, el protector debe aplicarse cada dos horas y después de cada baño, ya que pese a que se presenten como resistentes al agua pierden sus propiedades.
Si está en la montaña, en el agua o navegando utilice cremas con factor de protección mayor a FPS 30. Asegúrese de aplicarlo en forma pareja en todas las áreas expuestas de su cuerpo; incluyendo orejas, nuca y partes calvas de su cabeza.
Evite que su bebé esté expuesto a la radiación solar en forma directa, y tenga mucho cuidado ya que el reflejo de los rayos en la arena y en el agua pueden quemarle la piel aunque esté bajo una sombrilla.
Los menores de 6 meses no deben exponerse al sol directo y no deben utilizarse en ellos filtros solares
La protección del sol debe realizarse desde el nacimiento y continuar toda la vida por los efectos acumulativos
En caso de detectar cambios en la piel, se recomienda realizar un control dermatológico para la detección temprana de lesiones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por visitar nuestro blog. Dejanos tu comentario, tu nombre y tu e-mail, para responderte.